Dicen
que no hay nada nuevo bajo la luz del Sol, que ya todo está inventado y que
difícilmente podremos ver algo distinto a lo que ya existe; que eso de
“innovar” no es más que el refrito de lo que ya inventaron otros. Es fácil
concordar con esta idea cuando nos encontramos inmersos en un panorama que no
cambia mucho pesar del paso de los años y los avances tecnológicos cada vez más
revolucionarios, ingeniosos, prácticos y funcionales.
Se
trata entonces de una rotunda contradicción al decir que no puede inventarse ni
conocerse nada más de allá de lo que ya sabemos, a pesar de que cada día vemos
nuevas muestras del ingenio humano. Que no hay nada nuevo bajo la luz del Sol
es pues, una condena arbitraria a la creatividad del ser.
No
es entonces falta de inventiva lo que nos aqueja sino un círculo vicioso de ver
y escuchar siempre los mismos programas, las mismas ideas insípidas y los
mismos contenidos tan repetitivos como taladrantes para la imaginación; los
mismos sonsonetes de la temporada, las imágenes con las que nos topamos a
diario en la calle y la desgastada cotidianeidad del camino que recorremos cada
día.
Pero
cuando decidimos explorar nuevos horizontes nos encontramos con que la
imaginación y creatividad del ser humano es tan infinita como maravillosa. Cada
sentimiento, cada experiencia que llevan al artista a realizar una nueva
creación son tan distintos como lo es cada uno de los más de 7 mil millones de
habitantes del mundo.
Cada
uno tiene algo diferente que expresar, a su modo. Hace algunos días, caminando
por las calles de Guadalajara, me comentaba mi colega Alfredo García, -miembro
de nuestro consejo creativo-editorial-, “Hay
muchos lugares muy buenos en la ciudad, lástima que estén tan escondidos”,
refiriéndose a los sitios que promueven algún tipo de actividad o expresión
artística.
Ardua,
si, pero también bella y gratificante es la labor que tiene Rojo Carmesí en ser
los ojos que muestren y la pluma que hable de esos lugares que aportan a la
cultura de nuestra entidad y, por qué no, son ocasión de descanso y recreación.
Ese es nuestro trabajo, para que el ser humano no pierda una de sus esencias
más importantes, la capacidad de asombro.
Maritza Jasso.
Directora
Directora